La aparición de un vaso cerámico, tipo olpe, en la pedanía de La Costera, paraje conocido como Casa de Martín Rodríguez, al pie de La Sierra de Carrascoy, confirmaba la importancia de este poblamiento romano. Este olpe, forma 19 de la tipología de Abascal Palazons, presenta abundantes paralelos en la zona alicantina y afianza el planteamiento de un territorio intensamente romanizado al que están llegando influencias sociales, religiosas, etc. a través del Valle del Guadalentín.

La pieza, fabricada con una arcilla blanda de pasta anaranjada, tiene unas dimensiones de altura total: 303 mm; diámetro boca: 96 mm; diámetro máximo: 190 mm; y diámetro base: 82mm.
Su decoración ocupa dos zonas claramente diferencias por el tipo de motivos decorativos:
- Una primera zona corresponde al galbo de la pieza y está decorada con motivos geométricos hasta el arranque del cuello. A 56 mm de la base aparecen dos líneas rectas paralelas horizontales, con una anchura de 8mm cada una. Este motivo podemos identificarlo con el tipo decorativo A.1.2. de Ros Sala. Seguidamente, hacia el centro del galbo, presenta una banda de 16 mm de anchura enmarcada por dos líneas rectas paralelas horizontales, de 4mm de anchura cada una, identificadas con el tipo decorativo A.2.2. de Ros Sala. Este mismo motivo se repite en la parte superior del galbo con las mismas dimensiones y características.
- La segunda zona corresponde al cuello de la pieza. En éste se encuentra el motivo principal y varios motivos secundarios que lo adornan, complementan y rodean. Tras la banda pintada, antes mencionada, parece un tipo de hoja esquematizada, identificada con el motivo B.3.4., que alterna con otro motivo indeterminado, el cual consta de una línea vertical dentro de círculos rellenos de color, relacionado con el tipo D.1.0. En el cuello se encuentra, como hemos dicho, el motivo principal: un falo erecto, reflejando con gran detalle el atributo masculino, que se presenta de dos formas: pintado y aplicado, como aparece en casi todas las piezas documentadas en el valle del Ebro, La Rioja, León o Caesaraugusta, no cubriendo todo el vaso y limitándose a uno, tres o cinco, diferentes a la profusa decoración del de Alhama de Murcia. Los motivos secundarios que complementan la representación fálica son los que denominamos "racimo", colgando o brotando del motivo principal, y puntos o trazos horizontales, de diferente longitud, que rodean a este último y llegan hasta el borde. Los trazos horizontales aparecen, asimismo, en el asa, con una longitud de 20 mm cada uno.

El motivo decorativo representado en este olpe tiene, sin duda, una relación muy estrecha con los cultos fálicos en la Antigüedad, aunque el desconocimiento del hecho religioso hace que se nos escapen detalles que en la espiritualidad de los antiguos debieron ser entendibles por parte de sus usuarios o destinatarios, y que, finalmente, en los siglos siguientes estos motivos llegaran a ser habituales y cotidianos, es decir, meramente decorativos.
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