jueves, 27 de diciembre de 2012

Las termas romanas. Mucho más que un baño.

En el Imperio Romano, las termas constituían el espacio preferido de los romanos para disfrutar de los baños de agua caliente, templada, fría, de los servicios de masaje, de los ejercicios físicos, del encuentro con los amigos, etc. desempeñando una función social como centros de esparcimiento y reunión.

En Alhama de Murcia, las termas romanas construidas en el siglo I d.C., son los restos arqueológicos más importantes del municipio que, con una antigüedad de dos mil años, permiten al visitante hacer un recorrido por el típico baño romano con dos sectores diferenciados: baño termal-medicinal y baño recreativo. 

El baño de recreo sigue un esquema lineal simple desde la primera sala, donde se desvestían (apodyterium), para pasar a la sala del baño frío (frigidarium), de ésta a la templada (tepidarium) y finalizar en la sala caliente (caldarium). De esta forma se obtenía un baño con gradación de temperaturas muy saludable.



El baño medicinal se realizaba en el interior de las dos salas abovedadas (una para cada sexo), donde se ubica el manantial en una gruta de unos veinte metros. Estas dos salas constituyen el centro del complejo, con una piscina común y lucernarios cenitales en cada una de ellas para regular la iluminación y la temperatura del ambiente termal. Otras aberturas de comunicación propiciaban una misma climatización de estas salas salutíferas y favorecían las acciones curativas de sus aguas.

Estas aguas, después de utilizarlas en el baño, eran conducidas a través de una galería subterránea a las afueras de la población para el riego de la huerta.

CALDARIUM 
Imagen real y reconstrucción virtual. La sala caliente (caldarium) conserva los suelos con la característica media caña de opus signinum (argamasa de cal y arena con teja y ladrillo machacado) sobre los pequeños pilares de ladrillo.


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