LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA:
Con motivo de la remodelación de la plaza de la Iglesia de San Lázaro, se llevó a cabo una excavación arqueológica que aportó una valiosa información sobre la ocupación cultural del espacio que abarca más de dos mil años, documentando una fase contemporánea y moderna con una gran fosa llena de huesos –osario- cuyo material cerámico, principalmente escudillas, se fecha en torno a los años 1670-1700; la fase islámica aparece representada por los muros y suelos de ladrillo de una vivienda de patio central, fechada en los siglos XI-XII y, finalmente, se constataron los restos arquitectónicos y materiales de una importante casa romana del siglo I-II d. C. cuya construcción coincide con el pleno apogeo del complejo termal romano.
LA DOMUS DEL ATRIO DE LA IGLESIA DE SAN LÁZARO:
La casa era el marco de la vida familiar y privada de los romanos cuyas características variaban en función de las distintas clases sociales y su poder adquisitivo. En las ciudades y su entorno se diferenciaban varios tipos de vivienda: la casa o vivienda básica romana, la casa unifamiliar de gran lujo o domus, la vivienda plurifamiliar de varios pisos, insula y la residencial en el campo o villa.
La casa excavada en el atrio de la Iglesia de San Lázaro Obispo, correspondería a una domus, decorada con gran lujo en los pavimentos de sus habitaciones con mosaicos en dos de ellas, y las paredes estucadas con pinturas murales, siendo las decoraciones diferentes en cada habitación.
La excavación de la domus, aunque descubierta parcialmente, nos permite una primera aproximación a su planta, con un patio, atrium, desde el que se distribuían las habitaciones de la casa, así como una gran sala, triclinium, y cinco habitaciones, cubiculum, de las cuales sólo una ha podido ser excavada en su totalidad. Esta habitación que, reproducimos virtualmente, presentaba un pavimento musivario de opus tesellatum desde la entrada de la misma hasta su mitad, con decoración geométrica de peltas. Otra franja entre la línea del rectángulo y la unión con los muros se decoraban con líneas onduladas a su alrededor. El resto de la habitación tenía un pavimento de opus signinum, seguramente por ser la zona donde se situaba el mobiliario de la habitación.
EL MOSAICO: EXTRACCIÓN, RESTAURACIÓN Y REUBICACIÓN.
Debido a la imposibilidad de la conservación in situ del mosaico se decidió la extracción y, tras su restauración, ubicarlo de nuevo en el Museo Arqueológico Los Baños. Inicialmente se realizó una limpieza profunda del mosaico y los calcos correspondientes, de cada una de las partes, creando una reproducción a escala real para la reubicación y montaje final del conjunto.
|
Mosaico de la Domus del Atrio de la Iglesia de San Lázaro reubicado en el Museo Arqueológico Los Baños |
Atención especial requirieron las partes más dañadas. Los huecos o lagunas del mosaico se cubrieron con una gasa adherida para evitar el desprendimiento de las teselas. Después se cortó el mosaico en piezas pequeñas para su traslado. En el que previamente se había engrasado toda la superficie del mosaico para evitar su deterioro.
Las piezas trasladadas al Centro Cultural Plaza Vieja, fueron sometidas a un tratamiento de limpieza exhaustiva, y aplicación, y aplicación de una serie de productos para consolidar las teselas.
Se renovó la capa de mortero que llevaba el mosaico con una nueva capa de unos 2 centímetros de grosor y se añadió una plancha de poliestireno, de poco peso y gran resistencia, para facilitar su traslado y montaje en el Museo. Una vez formado en su nuevo lugar de exposición, las lagunas fueron rellenadas con un mortero de cal para ofrecer la visión del conjunto del mosaico.